Cómo trasplantar un cactus: Consejos iniciales, herramientas y pasos para un trasplante exitoso

como trasplantar un cactus

Los cactus representan una excelente oportunidad para tener plantas resistentes, decorativas y económicas en el interior de nuestras casas y jardines. Aunque su entorno ideal es el suelo en zonas cálidas, también podemos cultivarlos en macetas sin mayores dificultades. Sin embargo, dado su patrón de crecimiento, será necesario aprender a transplantarlos, ya que esta operación deberá realizarse varias veces a lo largo de su vida.

En este artículo te explicaremos cómo llevar a cabo un trasplante de cactus de manera fácil y rápida, sin dañar las raíces y garantizando su crecimiento y estabilidad a largo plazo.

Consejos iniciales para el trasplante de cactus

Uno de los principales problemas que enfrentan los cactus y otras plantas suculentas es su reducido desarrollo de raíces en comparación con la parte aérea de la planta. Esto los hace muy sensibles a cambios en el sustrato, especialmente a un exceso de humedad.

Si notamos que la base del tronco comienza a perder firmeza y observamos manchas blandas y pardas, es señal de que se ha producido una pudrición por asfixia de las raíces. Para evitar esto y mejorar las condiciones del sustrato, así como para adaptar el tamaño del cactus al recipiente, debemos realizar el trasplante cuando el grosor de la planta cubra completamente el diámetro del recipiente.

Esto deberá hacerse cada 2 o 3 años en cactus que tienen un crecimiento rápido, y cada 3 o 4 años en cactus de crecimiento lento.

Otro obstáculo que encontramos al momento de trasplantar un cactus es que la mayoría de ellos tienen espinas largas y dolorosas en toda la planta. Esto dificulta enormemente el proceso de cambio de recipiente, por lo que necesitaremos utilizar guantes protectores o trapos de algodón gruesos, así como pinzas de metal (como las que se usan en la cocina o en la preparación de barbacoas) para evitar hacernos daño.

Herramientas necesarias para el trasplante de cactus

  • Guantes protectores o trapos de algodón gruesos
  • Pinzas de metal (por lo general, las de cocina o las utilizadas en la preparación de barbacoas)
  • Sustrato para cactus
  • Maceta o recipiente adecuado al tamaño de la planta

1. Extraer el cactus del antiguo recipiente o maceta

Proceso de trasplante de cactus

Proceso de trasplante de cactus

La parte más complicada es desprender el cactus de su recipiente original. Esto se debe a que las raíces pueden adherirse a las paredes del recipiente, lo cual dificulta su extracción. Como recomendación, es mejor evitar el riego en los días previos a la operación, ya que esto aflojará la tierra y facilitará separarla de la planta.

Colocamos el recipiente en posición horizontal sobre una mesa y damos pequeños golpes estratégicos en las paredes. Sin embargo, si el recipiente está hecho de materiales como cerámica o piedra, debemos evitar estos golpes.

En caso de necesidad, podemos utilizar una espátula o un cuchillo para separar la tierra del borde interior de la maceta. De esta manera, será más sencillo sacar el cactus junto con algo de tierra.

Nota: Para apoyarte en la parte aérea del cactus, se recomienda usar un trapo de algodón o pinzas. En el caso de las pinzas, asegúrate de aplicar la menor presión posible o coloca algodones en los bordes para evitar dañar la planta.

2. Eliminación de la tierra adherida a las raíces

En este paso, verificaremos el estado de las raíces y eliminaremos la tierra que esté pegada a ellas. Para ello, podemos utilizar un palo o un pincel y soltar con cuidado las raíces, deshaciendo los nudos y las aglomeraciones formadas.

Si las raíces son excesivamente largas (lo cual es poco común en los cactus), se pueden recortar las puntas para sanearlas. No te preocupes, las raíces volverán a crecer sin ningún problema. Si encuentras alguna raíz muy oscura o con tonalidades pardas, es mejor desecharla. Solo conservaremos las raíces blancas, que son las encargadas de absorber el agua y los nutrientes.

3. Preparación de la nueva maceta

Una vez que hayamos limpiado el cactus de la tierra del sustrato anterior, debemos preparar un nuevo recipiente más grande. Para los cactus, las macetas de arcilla o cerámica son ideales, ya que regulan mejor la temperatura y la humedad, lo cual beneficia al cactus. Aunque estas macetas son más pesadas, suelen ser más estéticas.

NOTA: En los cactus y suculentas, es fundamental asegurar un buen drenaje, por lo que debemos comprobar que la maceta tenga suficientes agujeros en la parte inferior. Con tener entre 4 y 6 agujeros es suficiente. Si la maceta no los tiene, se puede utilizar un taladro para hacerlos.

Selección del sustrato

Un aspecto crucial en cuanto a cómo trasplantar un cactus es la elección adecuada del sustrato. El sustrato debe tener las siguientes características para evitar problemas con el suministro de nutrientes y la eliminación del exceso de agua:

  • Proporcionar nutrientes durante todo el proceso de crecimiento.
  • Filtrar el exceso de drenaje hacia el fondo.
  • Prevenir cambios abruptos en pH, humedad y temperatura.
  • Promover una buena oxigenación y evitar la compactación de las raíces.

Para cumplir con todos estos requisitos, podemos optar por adquirir un sustrato profesional específico para cactus o prepararlo nosotros mismos según nuestras preferencias. En este último caso, la siguiente es nuestra recomendación:

  • 1/2 parte de turba: aporta nutrientes, color y materia orgánica a la mezcla.
  • 1/4 de arena o fibra de coco: reduce la densidad del sustrato, evita la acumulación de sales y favorece la retención de humedad.
  • 1/4 grava volcánica o akadama: mejora el drenaje, aumenta la oxigenación y evita la compactación del suelo.

4. Procedimiento para trasplantar un cactus a una nueva maceta

Antes de llevar a cabo el trasplante definitivo de nuestro cactus a la maceta, es necesario realizar unas pequeñas mediciones (aunque sean mentales) del tamaño del cactus y de la maceta. La base del tronco, es decir, la unión entre las raíces y la parte aérea, debe ubicarse ligeramente por debajo de la altura del recipiente, dejando el resto cubierto de tierra o sustrato.

Siempre colocaremos una capa base de la mezcla de sustrato antes mencionada, y también es recomendable añadir una mayor porción de grava volcánica u otro tipo de grava para mejorar el drenaje. Una vez colocada esta primera capa de sustrato, colocaremos nuestro cactus con las raíces sueltas en el centro (siempre utilizando un paño de algodón o unas pinzas).

Poco a poco iremos agregando la mezcla de sustrato hasta cubrir completamente la maceta. Luego, con ayuda de un palo, taparemos los posibles espacios de aire que se hayan formado. Evitaremos compactar demasiado el sustrato para favorecer la oxigenación. Solo debemos hacerlo lo suficiente para proporcionar una buena base al cactus y evitar que se mueva fácilmente.

5. Riego después del trasplante

En cualquier otra variedad de plantas, sería aconsejable llevar a cabo un riego abundante para promover el desarrollo de las raíces. Sin embargo, en el caso de los cactus, esto no es recomendable, ya que el exceso de humedad es perjudicial.

No obstante, debemos mantener el sustrato ligeramente húmedo, humedeciéndolo gradualmente. El punto óptimo sería cuando al tocar la tierra con la yema del dedo, se perciba un poco de frescor. Desde un punto de vista matemático, sugerimos regar inicialmente entre 1/6 y 1/8 parte del volumen total de la maceta. Por lo tanto, si tenemos un recipiente de 5 litros, deberíamos regar entre 0,6 y 0,8 litros de agua, teniendo en cuenta que al menos un 10% de esa cantidad se perderá a través de los orificios inferiores de la maceta.

Leave a Comment

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Scroll to Top