Limon persa: 10 beneficios para tu salud y cómo aprovechar sus propiedades

limon persa

El limón Persa: características y requisitos de clima

El limón Persa (Citrus latifolia Tanaka), también conocido como limón Tahití, limón pérsico o limón sin semilla, se ha convertido en un cultivo icónico de México, donde sus excelentes contenidos de ácidos, su carencia de semilla y su mayor tamaño en comparación con el limón mexicano (Citrus aurantifolia) han favorecido su demanda en el mercado nacional e internacional.

El limón persa: sus características

El árbol del limón persa es moderadamente vigoroso, de tamaño mediano a grande donde puede alcanzar alturas de 4.5 a 6 metros, con ramas que poseen pocas espinas cortas y puntiagudas. Las hojas son anchas-lanceoladas y con pecíolos alados; los brotes jóvenes son de color púrpura que luego cambian a verde. Tiene flores blancas y pequeñas. El fruto es ovalado y generalmente redondeado en la base. La cáscara del limón Tahití es de color verde intenso hasta que madura y se vuelve de un amarillo pálido, mientras que la pulpa tiene un color amarillo verdoso al madurar. El fruto generalmente no contiene semillas.

Requerimientos de clima para el Limón Persa

Entre los elementos del clima que influyen en el crecimiento, desarrollo y producción del limón persa se encuentran: temperatura, radiación solar, precipitación y viento.

Figura 1. Frutos de Limón Persa, limón Tahití, limón pérsico o limón sin semilla.

Temperatura. El rango de temperatura óptima para el crecimiento del limón persa va de 25 a 31 °C. La temperatura influye en el desarrollo del cultivo, afectando el período de floración y la maduración del fruto según las condiciones de temperatura de cada región. En climas cálidos, el tiempo se acorta, mientras que en climas más frescos se prolonga. La temperatura mínima requerida para el cultivo es de 18 °C y la máxima es de 38 °C. Es importante destacar que el limón persa es sensible a las bajas temperaturas, por lo que es crucial conocer las temperaturas mínimas del área donde se desea establecer el cultivo. Las bajas temperaturas pueden detener el crecimiento del árbol y, durante las etapas de fructificación, provocar la caída de los frutos, lo que impacta significativamente en los ingresos del productor.

Radiación solar. La cantidad de luz disponible es vital para el desarrollo del limón persa, ya que influye en la tasa de crecimiento del árbol y en la calidad de la fruta, especialmente en su sabor y color. Además, la cantidad de luz que recibe la planta es importante para la formación de yemas florales.

Precipitación. La disponibilidad de agua es esencial en el desarrollo de cualquier planta, incluyendo el limón persa, que requiere un suministro adecuado de este líquido para llevar a cabo sus procesos fisiológicos y metabólicos. Las regiones con precipitaciones anuales en el rango de 400 a 1,200 mm son óptimas para el cultivo del limón Persa. La falta de agua inhibe la floración y la fructificación, y cuando la planta experimenta estrés hídrico, estimula la maduración temprana del fruto, así como la producción de frutos más pequeños y con menor contenido de jugo. En áreas donde la precipitación es mayor o no está bien distribuida a lo largo del año, es necesario implementar sistemas de riego para cubrir las necesidades hídricas de la planta.

Viento. Los árboles de limón Tahití tienen una gran cantidad de follaje, por lo que no se recomienda establecer huertas de limón en áreas donde la velocidad del viento supere los 20 km/h, ya que esto puede ocasionar la caída de hojas y flores, así como el roce de los frutos con las ramas, afectando tanto la calidad como la aceptación de los frutos en el mercado. En zonas donde los vientos son fuertes, se deben establecer cortinas rompevientos para contrarrestar el efecto adverso de este fenómeno natural.

Características del suelo para el cultivo del Limón Persa

Figura 2. La temperatura más adecuada para el crecimiento del limón persa oscila entre los 25 y 31 °C.

El suelo es un recurso de vital importancia para el desarrollo del limón persa, ya que sus propiedades ejercen una influencia significativa en su cultivo. El suelo representa el medio en el cual las plantas se arraigan, absorben nutrientes y agua, por lo tanto, resulta fundamental evaluar la fertilidad física, química y biológica del suelo antes de establecer el cultivo. A continuación, se mencionan tres características esenciales:

pH. El limón persa, al igual que la mayoría de las limas, prospera en suelos con un pH de 6.0 a 7.5. Los huertos establecidos en suelos calcáreos con un alto pH pueden resultar en deficiencias severas de micronutrientes en los árboles, particularmente de manganeso (Mn) y zinc (Zn).

Textura. El limón persa se desarrolla mejor en suelos de textura franco arenosa, aunque también se adapta a suelos de textura franco arcillosa. Es importante que el suelo tenga un buen drenaje para asegurar una producción y un crecimiento óptimos de la fruta. Los suelos con un drenaje deficiente favorecen la aparición de enfermedades como la gomosis.

Profundidad. Dado que es una planta perenne, el limón persa requiere suelos profundos para desarrollar un sistema radicular sólido y eficiente en la absorción de nutrientes. Los suelos con una profundidad superior a los 60 cm son ideales para el cultivo del limón persa.

INTAGRI. 2018. Clima y Suelo para el Cultivo de Limón Persa. Serie Frutales Núm. 40. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 3 p.

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  • Rodríguez, C. M. 2002. Cultivo de Limón Pérsico. Guía Técnica. Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal. El Salvador. 33 p.
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Figura 3. El cultivo del limón persa requiere suelos con un buen drenaje y una adecuada profundidad.

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