Gerbera: cuidados, exposición solar, drenaje, riego regular, trasplante, frío extremo, abonado y plagas

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Conocer en profundidad los cuidados de la Gerbera es equivalente a disfrutar de una de las floraciones más hermosas durante los meses de calor. Y no solo por la variedad de colores de sus flores, sino principalmente por su impresionante tamaño. Uno que no pasa desapercibido y convierte a esta belleza natural en una de las cinco flores más solicitadas en el mundo de la floristería. Pero más allá de su atractivo, es importante saber otro detalle relevante. Tener una Gerbera implica disfrutar de una de las plantas más completas en términos de purificación, ya que es capaz de eliminar del aire diversas sustancias.

Comencemos por saber algo interesante. Esta magnífica planta también se conoce popularmente como Margarita africana. Un nombre que es parcialmente cierto, ya que no está relacionada con la popular flor, pero su disposición de pétalos y corola guarda un asombroso parecido. Sin embargo, acierta en cuanto a sus orígenes: la Gerbera es originaria del continente africano. Esta procedencia la convierte en una planta ideal si estamos pensando en cómo crear un jardín mediterráneo o si buscamos tener un jardín de bajo riego.

Y sí, es una planta que es fácil enamorarse de ella por su belleza, pero sobre todo porque los cuidados de la Gerbera hacen que sea muy fácil disfrutarla.

DESCUBRE LOS CUIDADOS DE LA GERBERA

Aunque nos conquista por la belleza de su flor, es interesante saber cómo es el resto de la planta. Debido a su carácter herbáceo, sus hojas también son dignas de atención. De color verde intenso con toques grisáceos, son perennes, por lo que persistirán incluso cuando no haya floración. Siendo rigurosos con los cuidados de la Gerbera, puede alcanzar una altura de hasta 60 centímetros. Un tamaño que la convierte en candidata ideal para ser plantada directamente en el suelo del jardín, aunque también puede cultivarse en maceta.

Además de sus características, hay otro detalle interesante que debemos conocer. La Gerbera proviene de suelos rocosos y arenosos. Aunque esto pueda parecer insignificante, nos da una idea de su resistencia y nos indica que también puede considerarse una de las mejores plantas para jardines de rocalla. En este tipo de espacios, pueden aportar un punto de verticalidad sumamente atractivo y crecer sin problemas.

1. Una exposición al sol pleno, clave en los cuidados de la Margarita africana

Teniendo en cuenta sus orígenes, no es sorprendente que agradezcan recibir una buena dosis de sol. Sin embargo, si vivimos en un clima muy cálido, se sentirán más cómodas en un lugar semisombreado donde reciban luz solar en las primeras horas de la mañana.

2. Un buen drenaje, fundamental para su bienestar

Considerando que crecen en suelos arenosos en la naturaleza, podemos imaginar que no toleran el encharcamiento. Por lo tanto, ya sea plantada en suelo o cultivada en maceta, debemos asegurarnos de que nuestra Gerbera tenga un drenaje eficiente que facilite la eliminación del exceso de agua de riego.

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Y esto es crucial: aun cuando sepamos cómo recuperar una planta con exceso de agua, es muy probable que no logremos hacerlo en el caso de esta. Tanto su rizoma como sus raíces se descomponen rápidamente.

3. Riego regular en periodos de crecimiento, algo que no podemos descuidar en los cuidados de la Gerbera

Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta en los cuidados de la Margarita africana es su baja tolerancia al exceso de riego. A pesar de ser una planta resistente a la sequía, es importante regarla regularmente durante los meses de primavera y verano, siguiendo siempre la pauta de esperar a que el sustrato esté seco. Por lo general, se recomiendan dos riegos semanales en primavera y hasta cuatro riegos en verano.

¿Y qué hay del resto del año? Será suficiente con un riego cada cuatro días.

4. Trasplante al finalizar la floración, una tarea que no debemos olvidar

Es sumamente importante realizar un trasplante si cultivamos la Gerbera en maceta. Durante su periodo de crecimiento, la planta aprovecha para expandir sus raíces, lo cual hace habitual que, al sacarla de la maceta, veamos que estas han llenado todo el sustrato.

El momento ideal para realizar el trasplante es una vez finalizada la floración y después de cortar las varas de flor. Debido a su bajo nivel de exigencia, solo necesitará un sustrato universal. Y recuerda: un buen drenaje es fundamental.

5. El frío extremo, uno de sus principales enemigos

Debido a sus orígenes, es imprescindible controlar de cerca la temperatura como parte de los cuidados de la Margarita africana. Aunque su temperatura óptima está alrededor de los 20 grados, debemos tener precaución con las caídas de temperatura.

Por esta razón, si vivimos en un clima frío, lo ideal es cultivarla en maceta para poder protegerla de las bajas temperaturas invernales. Y si la tenemos plantada directamente en el suelo y nos sorprende una ola de frío, será necesario aplicar un mulching y cubrirla con una manta térmica de protección.

Y debemos tener cuidado con las corrientes de aire: no le sientan nada bien.

6. Un abonado regular, la mejor manera de ayudar a florecer a la Margarita africana

Debido a su naturaleza, la Gerbera es muy generosa con sus flores. Pero para mantener ese ritmo, que comienza en primavera y termina casi en otoño, necesitará una dosis regular de nutrientes.

Por eso, y siempre que nuestra planta haya estado plantada durante más de un año, es recomendable aplicar un fertilizante cada 15 días en primavera.

Además, con el fin de prepararla para los meses fríos, también es recomendable mantener esta misma regularidad durante el otoño.

7. Las plagas, unos oponentes de los cuales no tendremos que preocuparnos si seguimos los cuidados de la Gerbera al pie de la letra

Curiosamente, a pesar de su resistencia natural a las plagas cuando está sana, no podemos relajarnos. Mosca blanca, ácaros y pulgones pueden considerarla un tentador bocado. Por lo tanto, para proteger las plantas de Gerbera de las plagas, nada como cumplir estrictamente con sus cuidados; y, si detectamos la presencia de insectos, tratar la infección con un insecticida acaricida ecológico.

Además de esto, debemos vigilar de cerca la clorosis y las enfermedades fúngicas, que pueden ocurrir debido al exceso de riego.

Unos cuidados muy sencillos para disfrutar de una planta que alegrará los meses cálidos con su colorido. ¡No se puede pedir más!

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