Cuidados generales de la peperomia: iluminación, temperatura y suelo

peperomia

Es una de esas plantas de interior a la cual es imposible renunciar. No solo se siente sumamente cómoda en los hogares sino que, además, los cuidados de la Peperomia facilitan ¡y mucho! disfrutar de su belleza natural. Hablamos de una planta que es indispensable en la lista de plantas fáciles de cuidar, tanto por su increíble capacidad de adaptación a distintos ambientes como por su baja exigencia de sus necesidades.

Pero no es lo único que la convierte en una planta cautivadora. De tamaño pequeño, con las condiciones ideales es muy generosa en la generación de tallos y hojas. Y en ellas es, precisamente, donde reside su atractivo. La familia de la Peperomia abarca cerca de 1.000 especies caracterizadas, cada una de ellas, por el increíble y variado diseño de sus hojas en lo que respecta a colorido y variabilidad.

Por todo ello, descubramos en detalle los cuidados de la Peperomia. Algunos pueden tener particularidades específicas según la variedad, pero son comunes a todas estas plantas verdes que mantienen tanto sus hojas como su colorido durante todo el año.

PEPEROMIA: CUIDADOS GENERALES DE LA ESPECIE

Sus orígenes naturales marcan de forma inevitable los cuidados de la Peperomia en interior. Sorprende saber que sus diferentes variedades pueden encontrarse, de forma silvestre, en diversos países desde Sudamérica hasta África, pasando por Asia. Esta increíble distribución geográfica, junto con los híbridos, hace que podamos encontrar Peperomias de porte rastrero, trepador, compacto e, incluso, colgante. Una buena opción si buscamos plantas colgantes de interior con las que adornar espacios verticales, y que podemos disfrutar tanto de forma individual por su valor ornamental como agrupándola con otros congéneres o con plantas verdes de porte vertical.

Y, aunque no es lo más llamativo de esta planta, es interesante saber que la Peperomia con los cuidados adecuados puede llegar a florecer. No es el mayor atractivo de la planta, ya que su floración es en forma de espiga erguida con flores de tamaño reducido y agrupadas, pero forma parte de su particular encanto.

Entendida la singularidad de esta especie vegetal, veamos cuáles son los cuidados de la Peperomia. Algunos sumamente sencillos que la convierten, también, en una candidata ideal si nos iniciamos en el cuidado de plantas o tenemos el título oficial de “mataplantas”.

1. La iluminación, un detalle a tener en cuenta

Por sus orígenes tropicales, podemos tener una idea de las necesidades de luz de la Peperomia. En líneas generales, lo ideal para ellas es un espacio con buena y abundante luminosidad. Mucho cuidado con exponerla a sol directo ya que, en su gran mayoría, esta especie no lo tolera. Sus hojas pueden quemarse.

En muchas ocasiones, la propia planta nos advierte de que no está recibiendo la cantidad de luz que necesita. ¿Cómo lo hace? Alargando sus tallos que, además, tendrán un aspecto desgarbado; y perdiendo intensidad en su característico color verde. Si ese es el caso de nuestra planta, tendremos que encontrarle otra ubicación más iluminada.

2. La temperatura, factor clave para su desarrollo

Como planta originaria de climas tropicales, la Peperomia en cualquiera de sus variedades requiere de temperaturas cálidas para mantenerse en buen estado. Aunque la temperatura ideal es alrededor de los 21 grados, durante los meses de verano puede tolerar temperaturas más altas siempre y cuando seamos cuidadosos con el riego.

Aunque el calor no representa un problema para la Peperomia y sus cuidados, no ocurre lo mismo con las temperaturas bajas. Es una planta sensible al frío y no debe ser expuesta nunca a temperaturas inferiores a los 13 grados. Además, es importante que el lugar donde la coloquemos esté libre de corrientes de aire.

3. El suelo y el trasplante, fundamentales para su crecimiento

Estas dos tareas en el cuidado de la Peperomia están estrechamente relacionadas. Se trata de una planta con un buen ritmo de crecimiento que necesita tanto un suelo adecuado como espacio para expandir sus raíces.

Para que nuestra Peperomia se desarrolle de manera óptima, es esencial trasplantarla una vez al año durante sus primeros años de vida, coincidiendo siempre con la llegada de la primavera. Además de utilizar un sustrato enriquecido con abono orgánico para plantas verdes, es importante que el trasplante se realice en una maceta ligeramente más grande que la anterior. Una vez que la planta sea adulta y el diámetro de la maceta sea de aproximadamente 20 centímetros, ya no será necesario realizar esta tarea: bastará con retirar unos centímetros de la capa superficial del sustrato y añadir tierra nueva.

En el caso de la Peperomia, es fundamental conocer cómo realizar un trasplante adecuado debido a un detalle importante: necesita un buen drenaje para evitar la acumulación de agua en sus raíces.

4. El riego y la humedad, dos aspectos esenciales en el cuidado de la Peperomia

Llegamos a los dos aspectos más importantes en el cuidado de la Peperomia. A pesar de que existen formas de recuperar una planta con exceso de agua, en este caso es mejor evitar llegar a esa situación. La mayoría de las Peperomias tienen hojas y tallos carnosos, lo que les permite almacenar agua en su interior. Sin embargo, un exceso de riego puede comprometer su bienestar de la misma forma que ocurre con las suculentas.

Por esta razón, debemos ser cautelosos al momento de regar cualquier Peperomia. Durante el invierno, es suficiente con regar una vez a la semana, mientras que durante los meses de verano lo ideal es regar entre dos y tres veces dependiendo de la temperatura. ¿Cómo saber cuándo es el momento adecuado? Cuando comprobemos que el sustrato ha quedado seco, pero no solo la superficie: en este caso, para asegurar su bienestar, es mejor verificar la humedad de las capas inferiores del sustrato.

Tan crucial como no excederse en el riego es proporcionar una adecuada humedad ambiental a nuestra Peperomia. Esto se puede lograr rociando sus hojas o creando una atmósfera húmeda alrededor de la planta colocando un plato poco profundo con agua separado de la base de la maceta por piedras para jardín.

5. La poda, una tarea secundaria en la Peperomia

Es una de esas labores de las cuales podemos prescindir, ya que la Peperomia no la requiere a menos que sea en casos muy particulares. Únicamente eliminaremos las hojas secas o enfermas, o si los tallos han crecido mucho debido a la falta de luz. Si realizamos la poda por esta razón, simplemente debemos cortar unos pocos centímetros de las puntas de los tallos. ¡Y no los deseches! Pueden ser utilizados para hacer esquejes de la planta.

6. El abono, regular desde el inicio de la primavera

Como mencionamos anteriormente, en general las Peperomias tienen un buen crecimiento. Sin embargo, no lo logran de forma natural, sino que requieren de nuestra ayuda.

Por eso, lo ideal es aplicar regularmente un fertilizante desde el inicio de la primavera hasta el otoño. La clave está en utilizar un abono diluido para plantas verdes en el agua de riego cada tres semanas.

7. Las plagas, el último de los cuidados de la Peperomia que debemos tener en cuenta

Hablar de Peperomia y cuidados implica necesariamente hablar de las enfermedades que puede sufrir debido a un cultivo inadecuado. Muchas de estas enfermedades son causadas por un exceso de riego o una falta de luz, por lo que es importante seguir rigurosamente estos dos aspectos para evitar problemas.

Además, también es objetivo de plagas que ven en ella un objeto de deseo. Debido a sus hojas y tallos carnosos, insectos como la cochinilla algodonosa, los ácaros y la araña roja suelen atacarla. Para eliminar estos molestos visitantes, tan pronto como los observemos debemos utilizar un insecticida acaricida ecológico. Estas plagas suelen aparecer también debido a una falta de humedad ambiental, que es necesaria para nuestra planta.

Y ahora que conoces a fondo la Peperomia y sus cuidados, ¿te has enamorado de ella?

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