Suculenta “root bound”: Qué significa, cuándo hacer una poda de raíces y materiales

suculenta con raíces enredadas

Existen dos soluciones principales para una planta con raíces enredadas. Primero, puedes trasplantar la planta, aflojando las raíces y colocándola en una maceta más grande para que las raíces tengan espacio para expandirse. Esta es una buena solución si deseas que tu planta siga creciendo y si tienes una maceta más grande disponible. Sin embargo, si la planta se encuentra en una maceta favorita que deseas seguir usando, o si no deseas que tu planta crezca más, es mejor solución hacer una poda de raíces en la planta.

Hacer una poda de raíces en una planta con enredos suena intimidante, pero es un procedimiento sencillo si tu planta no es demasiado grande, e incluso podría salvar su vida. Requiere un poco de valentía realizar una poda de raíces en una planta en maceta, pero verdaderamente es un acto de bondad cuando una planta ha superado su contenedor. Si tu planta se encuentra en un terrario, es un bonsái o es un árbol en maceta, puedes hacer una poda de raíces para mantener su tamaño reducido.

¿Qué significa “raíces enredadas”?

Una planta con “raíces enredadas” ha ocupado por completo el espacio dentro de la maceta en que se encuentra, formando una masa de raíces que ocupa prácticamente todo el espacio en la maceta. Tal planta suele ser poco saludable ya que el enredo de raíces puede estresar a la planta y privarla de nutrientes, aire y agua.

Cuándo hacer una poda de raíces en una planta en maceta

Se debe hacer una poda de raíces en una planta en maceta cuando las raíces de la planta crecen hasta ocupar completamente la maceta y comienzan a rodear la superficie interna, o si las raíces se escapan visiblemente por los orificios de drenaje.

Con qué frecuencia se debe hacer esto dependerá del tipo de planta y de su rápido crecimiento, pero generalmente es fácil saber cuándo es necesario hacer una poda de raíces, ya que el cepellón de raíces de la planta se deslizará fuera de la maceta como una masa sólida cuando intentes levantarla por el tallo o al voltear la maceta al revés.

En casos graves, puede ser casi imposible sacar la planta de un contenedor cónico (donde la boca de la maceta es más estrecha que el ancho del centro de la maceta) si la planta tiene raíces enredadas.

Materiales

  • Pequeña bolsa de tierra para macetas.
  • Maceta nueva (opcional).
  1. Inspecciona la bola de raíz

    En primer lugar, saca la planta de su maceta y examina las raíces. Al hacer esto, especialmente con una planta delicada, no la saques de la maceta de golpe. Si la planta no es demasiado grande, inclina la maceta y golpea el borde. Si la maceta es flexible, intenta comprimir ligeramente los lados de la maceta para aflojarla.

    Coloca tu mano en la base de la planta y desliza o mueve suavemente la bola de raíz. También puede ser necesario pasar un cuchillo largo alrededor del perímetro de la maceta para separar las raíces y la tierra del interior de la maceta.

  2. Recorta las raíces

    Para podar las raíces, comienza con unas tijeras, podadoras o un cuchillo afilado. Corta alrededor y debajo de la bola de raíz de la planta, eliminando tanto las raíces como la tierra. Puedes ser bastante agresivo, cortando tanto las raíces grandes como las pequeñas. Esto puede parecer un poco bárbaro, como si estuvieras dañando a tu planta, pero las raíces de una planta pueden resistir mucho abuso y la planta podría agradecértelo.

    Para plantas muy enraizadas, puedes cortar la parte inferior del cuarto de las raíces antiguas para ayudar a regenerar un crecimiento saludable.1

  3. Afloja la bola de raíz

    Usa tus dedos para separar suavemente la bola de raíz. Si está muy enredada, toma un palo, un cultivador de puntas o un tenedor y afloja la tierra y las raíces alrededor de la superficie de la bola de raíz, desenredando los enredos y extendiendo las raíces. Esto anima a las raíces a expandirse en la tierra alrededor de la bola en lugar de seguir creciendo en círculos y estrangular la planta.

  4. Prepara la maceta

    Agrega sustrato al fondo del contenedor. Asegúrate de tener suficiente tierra para que la bola de raíz, que ahora es más pequeña, se apoye en la tierra aproximadamente a 1 pulgada por debajo del borde de la maceta. Asegúrate de que la corona de la planta, donde el tallo de la planta se encuentra con las raíces, esté a nivel del suelo.

  5. Vuelve a plantar la planta

    Finalmente, coloca tu planta de nuevo en la maceta y añade tierra alrededor de la bola de raíz recortada. Asegúrate de que la tierra entre en todas las grietas y rincones entre la bola de raíz y los lados del contenedor. Es posible que necesites un palo o una paleta para moverte por los lados de la maceta y asegurarte de que has llenado todos los huecos.

  6. Riega la planta

    Riega generosamente cuando hayas terminado de trasplantar y agrega tierra adicional si es necesario. Asegúrate de mantener tu planta bien hidratada durante unas semanas para que pueda recuperarse y prosperar.1​

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