Phoenix roebelenii: características, cuidados, ubicación y plagas de la palmera enana

phoenix roebelenii

Su denominación científica es Phoenix roebelenii, aunque también se le conoce como palmera común, palmera enana, palmera datilera, palmera fénix o palmera támara, entre otros nombres de uso popular.

Phoenix roebelenii es originaria de regiones del sudeste de Asia, sudoeste de China, norte de Laos y Vietnam. Este grupo de plantas está compuesto por aproximadamente 11 a 15 especies de palmeras, entre ellas Phoenix dactylifera, Phoenix canariensis y Phoenix sylvestris.

La palmera enana, nombre común utilizado comúnmente para referirse a esta especie, se encuentra ampliamente distribuida desde las Islas Canarias y África hasta el extremo oriente. La especie más reconocida y popular es la datilera, por lo que es probable que, si vives en una ciudad costera, hayas observado alguna de estas plantas.

Esta palmera tiene un tronco delgado y no supera los cinco metros de altura, aunque generalmente su tamaño alcanza solo un metro. Su apariencia voluminosa se debe a las hojas, las cuales son su principal rasgo distintivo. Puede ser cultivada en jardines al aire libre o en macetas grandes para uso en interiores.

Características de la palmera enana (Phoenix roebelenii)

Phoenix roebelenii es una palmera con un aspecto decorativo notable. Su altura reducida hace que sea una elección interesante para jardines de dimensiones limitadas o incluso para su uso en macetas. Estas palmeras son muy populares tanto en jardines como en la decoración de interiores.

Su crecimiento es lento, por lo que el trasplante en macetas generalmente se realiza después de varios años de haberla plantado. Las hojas, de color verde brillante, alcanzan hasta un metro y medio de longitud. Son muy flexibles, pero más cercanas al tronco se vuelven punzantes y miden alrededor de 20 centímetros de ancho.

Sus flores son pequeñas y de color amarillo, con poco valor ornamental. Phoenix roebelenii florece en primavera, durante los meses de abril o mayo, aunque es poco común que florezca cuando se encuentra en interiores. Cabe señalar que esta especie produce frutos comestibles conocidos como dátiles, los cuales tienen forma redondeada y un tono oscuro.

Estas palmeras se adaptan bien tanto a condiciones de cultivo en interiores como en exteriores. Si se cultivan en macetas, se recomienda utilizar macetas grandes para minimizar la necesidad de trasplantes, ya que estas especies no toleran bien los cambios.

Cuidados principales de Phoenix roebelenii

Climatología y localización

El clima más adecuado para la palmera enana es el mediterráneo, con temperaturas cálidas durante la primavera y el verano, y con inviernos suaves.

Phoenix roebelenii es una planta ideal para áreas costeras, donde la temperatura en invierno es más suave y se mantiene constante, como en el sur de España, por ejemplo.

Requiere una exposición total al sol y no tiene ningún problema incluso en época estival. También puede adaptarse a áreas semi sombreadas en entornos más cálidos.

Características del riego

Es necesario regar el suelo donde plantamos nuestra Phoenix roebelenii con una frecuencia moderada. Estas palmeras son resistentes a la sequía, pero se desarrollan óptimamente en un entorno con una ligera humedad constante.

En verano, se recomienda regar dos veces por semana y una vez cada 10/15 días (dependiendo de las temperaturas) durante el frío.

Suelo y substrato

Phoenix roebelenii puede cultivarse tanto en macetas de gran tamaño como directamente en el suelo del jardín. Toleran cualquier textura de suelo, pero es importante que el suelo tenga un buen drenaje y sea mínimamente fértil.

Para satisfacer estas dos condiciones, se recomienda añadir materia orgánica bien mezclada con la tierra, tanto durante el trasplante como de forma anual. De esta manera, se mejora la hidratación del bulbo húmedo y el drenaje del suelo.

En relación al substrato, podemos combinar de manera equitativa sustrato universal y fibra de coco. El sustrato universal, que también puede ser reemplazado por turba, proporciona nutrientes y retiene la humedad, mientras que la fibra de coco mejora la oxigenación y le da una textura esponjosa que favorece el crecimiento de nuevas raíces.

Fertilización

Es recomendable aplicar fertilizantes minerales después del invierno, al comienzo de la primavera. Podemos utilizar fertilizantes líquidos o sólidos granulados. Una fórmula universal adecuada para la Phoenix roebelenii es el NPK 12-8-16 con magnesio y micronutrientes. Aplicaremos alrededor de 30-50 gramos por maceta, repitiendo esta operación cada 30 días durante todo el verano.

Claves para la reproducción

La forma más sencilla de multiplicar nuestra palmera enana es a través de semillas. Sin embargo, este proceso es lento y requerirá paciencia y condiciones de humedad adecuadas durante todo el período de germinación.

Es aconsejable realizar la germinación en macetas durante la primavera o al comienzo del otoño, controlando la temperatura y evitando la exposición directa al sol. Una mezcla compuesta por igual cantidad de turba universal y fibra de coco es ideal para preparar el substrato, ya que ayuda a reducir la necesidad de riego.

La época ideal para trasplantar es al comienzo de la primavera, directamente en el jardín, mezclando la tierra con materia orgánica (2 a 3 kg).

Plagas y enfermedades de la Phoenix roebelenii

Las palmeras son especies resistentes a las inclemencias y a la sequía, pero existen algunas plagas que suelen afectar a casi todas las especies. Estas incluyen cochinillas, taladros o rosquillas que se suelen ubicar en la parte superior de la palmera y se alimentan de la savia de las hojas más jóvenes. Otras plagas también crean galerías que terminan secando hojas enteras.

Poda y cuidado de la palmera enana

A pesar de que es común recortar las palmeras para eliminar las partes superiores y reducir la cantidad de hojas que caen naturalmente debido a la gravedad, Phoenix roebelenii no requiere tantos recortes. Lo normal es quitar las hojas dañadas o que estén marchitándose, las cuales suelen ser las más antiguas. Para hacerlo, simplemente cortaremos desde la base utilizando una sierra.

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